jueves, 10 de abril de 2008

Acta de la 7ª sesión (10 de abril de 2008)

Asistieron:

Paula TORRES GARCÍA (Alumna)
Andrea TAMARGO ALONSO (Alumna)
María VILLA TAMARGO (Alumna)
Carmen ÁLVAREZ ÁLVAREZ (Antigua alumna invitada)
Sandra CARRANZA LÓPEZ (Alumna)
Laura BURIA SANTOS (Alumna)
José María ROZADA MARTÍNEZ (Profesor)

La sesión comenzó haciéndonos una foto para ponerla en el blog y dejar de ser seres sin rostro. Luego revisamos los últimos documentos subidos al mismo. Posteriormente María hizo una reseña del texto "La transversalidad al revés", escrito por Fran, un alumno que cursó la asignatura hace un par de años. Ella misma colgará el texto y el comentario próximamente en "Textos completos". Su intervención dio paso a un debate acerca de las posibilidades, lo límites y hasta los peligros de los juegos de rol, simulaciones, role playing, etc. Mientras una parte de los asistentes tendieron a enfatizar sus posibilidades, otros se mostraron reticentes a introducir en el aula este tipo de estrategias como forma habitual de educar en valores. Se les atribuía más bien una utilidad esporádica, señalando que lo importante son las estrategias de acción docente continuadas, persistentes, orientadas al fomento de la reflexión en el alumnado de manera sistemática; y esto incluso en la educación primaria, donde se suelen infravalorar las posibilidades de los alumnos al respecto. La conversación se orientó en esta dirección porque el profesor añadió al texto escrito por el mencionado ex-alumno, la información de que éste había expuesto en clase, con gran solvencia, el modo en que conseguía que personas sin ningún interés por la escuela se acercaran al tratamiento de ciertos problemas sociales a través de un grupo de su barrio que se reunía para llevar a cabo juegos de rol, en el que este alumno es un experto. Su propuesta de "transversalidad al revés" ha de situarse en ese contexto de experiencias vividas por el autor.
En medio de esa discusión surgió la propuesta de comentar, como un texto más, un juego que Paula había localizado hace días en la red y nos había enviado a todos para someterlo a nuestra consideración. Una vez examinado por el grupo, la discusión se centró en su utilidad educativa, entroncando dicho debate con el habido en la sesión anterior a propósito del texto "El vuelo de la atención", donde se habían dado dos posturas: la de quienes invitaban a adentrarse sin demasiado temor en todo lo referido a las nuevas tecnologías en la enseñanza, y la de quienes se mostraban cautelosos señalando que la excesiva dependencia de las pantallas, es decir, de las imágenes en movimiento, podrían estar configurando un tipo de alumnos con escasa capacidad para aprender a partir del discurso verbal, tanto oral como escrito. En esta ocasión, es decir, respecto al juego sobre la alimentación que estuvimos viendo, las críticas se orientaron a destacar el currículum oculto que había en ellas (formato y lenguaje policial), además de una simplicación de un tema tan social y tan amplio como la alimentación, reduciéndolo a puro nutricionismo, y por lo tanto olvidando dimensiones socialmente tan importantes como la comensalidad, por ejemplo. De ahí se pasó a polemizar sobre la idea de enseñar divirtiendo. Y en relación con ello, sobre el lamentable peso que en primaria tiene la infantilización, perdiendo así muchas posibilidades de hablar con los niños "en serio" por pequeñitos que sean. La idea vigotskiana de "tirar del desarrollo", también del desarrollo moral, diría Carmen.
Posteriomente tomó la palabra Alejandra para resumir y comentar el texto "El desdén entre profesores y alumnos", señalando la interesante idea de que el desdén no era solamente de muchos alumnos hacia la escuela, sino también de muchos profesores hacia los alumnos. Señaló Alejandra la importancia de que la escuela se revisara a sí misma, de que los profesores, lejos de situar todos los problemas en el terreno del alumnado, tal vez debieran ubicar también parte de ellos en la propia institución, en sus prácticas, en sus tradiciones. Señaló algunos de los aspectos muy positivos que observa en buena parte de la juventud actual, como su alto sentido de la solidaridad.

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